Nos Movemos Otra Vez – un Jugador de Hockey con un Ángel Guardián Impacta el Tratamiento de Trauma Cerebral
George Kraft debería estar muerto.
Por suerte, él tiene a un ángel guardián. Sobra decir que ha jugado hockey toda su vida – y los jugadores de hockey son rudos. Esta es la historia de la increíble vida de George Kraft y de cómo él está impactando las vidas de los pacientes con trauma cerebral, dentro de su participación en el Programa Equipo, Administración y Liderazgo de Landmark Education.
“Fue la cosa más rara” dijo George. “Escuché un pequeño susurro en mi cabeza. Decía Pon una llave debajo del tapete y dile a tu hermano dónde está”. La voz era su ángel guardián. “Alguien me estaba cuidando y me salvó la vida”.
Unos cuantos días después, George no se presentó a trabajar. Nancy, su compañera de trabajo, supo que algo debía estar mal. George nunca llegaba tarde al trabajo y si pensaba que llegaría tarde aún por 5 minutos, siempre llamaba. Nancy telefoneó al hermano de George ese martes por la mañana. Su hermano se fue de inmediato y encontró la llave debajo del tapete, justo donde George le dijo que buscara unos cuantos días antes. Quitó el seguro de la puerta y encontró a George, yaciendo en el piso de su habitación, inconsciente.
George fue llevado apresuradamente al hospital, donde le diagnosticaron que tuvo un aneurisma cerebral. El nació con un defecto congénito – había una débil mancha donde se juntaban dos venas en su cerebro.“Cuando mi presión arterial se elevó los suficiente, simplemente explotó. Imagínate una manguera hidrante contra el fuego, fuera de control”, dijo George.
Los doctores practicaron una craneotomía de emergencia. Removieron un pedazo de su cráneo del tamaño de la parte trasera de su mano para reparar los vasos sanguíneos rotos. El diagnóstico no era bueno. De hecho, los doctores no esperaban que George viviera. En algún momento, hubo 14 tubos saliendo de su cabeza y su cuerpo se hinchó tanto que parecía el Hombre Michelín. Estuvo en coma por semanas.
“Cuando desperté, estaban quitando las grapas de mi estómago”, dijo George. Era domingo, el 30 de enero de 2005. Lo ultimo que George recuerda es que regresaba a casa del restaurante “Filete y Malteada” después de haber entrenado a su equipo de hockey, un lunes por la noche. Apenas había empezado a tomar medicina para la presión arterial y se estaba sintiendo realmente fatigado antes del juego. Así que eligió no patinar esa noche y en lugar de eso, simplemente entrenar desde la banca.
Esa debió haber sido una señal de que algo estaba seriamente mal. Si uno ve a un defensa de 1.85 cms de estatura y 97.5 kgs de peso, no adivinarías que tenía 41 años. George podía patinar cada minuto de los 45 minutos que dura el juego (3 períodos de 15 minutos cada uno) sin perder un turno. Los jugadores profesionales de hockey tienen en promedio de menos de 30 segundos fuera del hielo por turno y usualmente están en la pista sólo una tercera parte del juego.
Cuando George despertó en el hospital, se dio cuenta que su lado izquierdo estaba paralizado por completo. Necesitaba una silla de ruedas para moverse alrededor. Tenía un hoyo en su cabeza donde una parte de su cráneo había sido removida y se sentía al tacto como si estuvieras presionando sobre un globo de agua. Pasarían 7 meses antes de reemplazarlo.
Al estar postrado en la cama, George necesitaba una borcelana para orinar y defecar, lo cual no es cómodo o fácil de usar. “Yo recé a Dios: Por favor, en algún momento permíteme caminar hacia el baño otra vez”. En julio, siete meses después del aneurisma, George fue dado de alta del hospital y pasó a una casa de reposo, donde permaneció hasta octubre.
Actualmente, George está en su Segundo Trimestre del Equipo 2. Participó por primera vez en El Foro Landmark en 2003. En mayo y junio de 2008 tomó los cursos de “Comunicación: Acceso al Poder” y “Comunicación: Poder para Crear” e inmediatamente se unió al Programa Equipo, Administración y Liderazgo” en agosto.
Originalmente, su Juego en el Mundo era regresar a sus consultas como quiropráctico. George hizo arreglos para asociarse con otro quiropráctico, pero en abril de 2009 ella le dijo que tenía que cambiar su consultorio y ya no tendría espacio para él en el nuevo lugar. “No fue culpa de ella, sin embargo, fue decepcionante”, dijo.
Al tener las distinciones del currículo de comunicación, George fue capaz de estar en cualquier comunicación. Si no hubiera sido porque soy parte del TMLP, “yo probablemente hubiera buscado un puesto en cualquier otra parte”, dijo. “Como quiropráctico funcionando con una sola mano, las probabilidades hubieran sido muy limitadas”.
Ahí fue cuando George decidió crear una Unidad de Terapia Inducida por Restricción (CI) en el Hospital Belleville Memorial en donde el estaba recibiendo tratamiento. “Yo nunca hubiera visto la posibilidad de no haber estado en el Equipo”, dijo George.
La Terapia Inducida por Restricción usa lo que se llama la plasticidad del cerebro, para moldearlo de nuevo y causar que suceda un cambio. Esto ayuda a las personas con heridas en el cerebro para que regresen las funciones motrices que perdieron. Esencialmente es un re-entrenamiento del cerebro para mandar señales para que los músculos funcionen. El Dr. Edward Taub fue el fundador de la terapia y tiene una clínica en la Universidad de Alabama en Birmingham.
Los pacientes deben calificar para este tratamiento enviando un video personal que demuestre que ellos son capaces de hacer los ejercicios que se requieren en la terapia. Después de un año en una lista de espera, George fue aceptado en el programa. En el otoño de 2008, George fue a Alabama para trabajar en el uso de su pierna izquierda. Tres semanas más tarde, su fortaleza para caminar se incrementó en un 40 por ciento.
“Este tratamiento es efectivo más del 95 por ciento de las veces, lo cual es asombroso en terapia física”, dijo George.
Durante su tratamiento en Alabama, George tuvo una conversación de 45 minutos con el Dr. Taub acerca de la posibilidad de iniciar una Unidad de Terapia Inducida por Restricción, como la de Taub, en el área de San Luis.
“El me vió como si estuviera medio loco y me deseó buena suerte”.
Seis meses después de que los arreglos para regresar a su consulta quiropráctica fallaran, George se dirigió al Belleville Memorial, localizado en Illinois a 30 millas al este de San Luis, para plantear la idea de abrir una Unidad de Terapia Inducida por Restricción.
“Utilicé las distinciones de los cursos de comunicación para reconocer al Director de Rehabilitación, Mike Tuckey y a todo el personal del Belleville Memorial por su trabajo en equipo”, dijo George. “Enrolé a otros en mi visión. Propuse que entrenáramos a los terapeutas
ocupacionales en la Terapia Inducida por Restricción dentro de esta unidad de rehabilitación”.
Tuckey se dio cuenta del beneficio que esto tendría para su Unidad y los pacientes en ella. Vio que podía poner al Belleville Memorial en un lugar aparte de los otros Centros de Rehabilitación.
Juntos, Tuckey y George enrolaron a John Kessler, el Vice Presidente de la División de Rehabilitación, en la posibilidad de la nueva unidad. El tiempo era perfecto. Belleville había construido lo nunca antes visto: un edificio de 200 millones de dólares con tecnología de punta en el área de San Luis.
Kessler estaba tan receptivo, que el hospital se ha comprometido a mandar seis terapeutas ocupacionales a Brimingham en noviembre para la siguiente sesión de entrenamiento. Dos de esos terapeutas son parte del equipo del Juego en el Mundo de George. Heidi Haskins, la Terapeuta Ocupacional Líder en Belleville, quien había trabajado con George durante su rehabilitación y Marie Matthews, la técnica a cargo de la Unidad de Terapia Ocupacional, ambas personas clave para convencer a Tuckey de crear la Unidad de Terapia Inducida por Restricción.
George espera estar trabajando en la unidad dentro de un año. “Los pacientes con heridas cerebrales necesitan un quiropráctico que los ayude a reintegrar su cerebro”, dijo.
George Kraft ha estado en un viaje increíble durante los últimos cinco años. En todo el tiempo que ha pasado en hospitales, casas de reposo y rehabilitación el nunca perdió su vieja mentalidad de defensor o su valiente rudeza. “Me he hecho a la idea de que hay algunas cosas que no puedo hacer, pero eso no significa que no puedo hacer aquello que quiero hacer”, dijo George.
George Kraft siente que hace 15 años fue llamado para servir a otros, lo que lo condujo a convertirse en quiropráctico. Ahora está usando su propia rehabilitación de un aneurisma cerebral, como inspiración para ayudar a otros a tener la vida que ellos quieren.
“Las distinciones del entrenamiento de Landmark básicamente me dieron la revelación y el impulso para seguir” dijo George. “Yo sé que esto es algo que puedo lograr”.
Miebro del equipo: George Kraft
Juego: Nos Movemos Otra Vez
Escrito por: Steve Schapiro y Editado por: Shash Broxson y Traducido por: MariMar Covarrubías